Orinoco, jueves 31 de diciembre 2020

*Inolvidable fin de año*Pareció un siglo, pero sólo habían transcurrido doce días de ininterrumpidos ataques aéreos de la aviación más moderna del mundo sobre uno de los pueblos más pobres del planeta, la República Democrática de Vietnam, aún sin recuperarse de las profundas heridas, de hambre y miseria, dejada por la oprobiosa ocupación francesa que se había iniciado en 1858.
Para los estadounidenses, no fue fácil digerirlo, pero a la media noche del viernes 29 de diciembre de 1972, el trigésimo séptimo presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, sorpresivamente había ordenado detener el ataque aéreo de su aviación sobre el norte de Vietnam: en los hogares estadounidenses había reinado el silencio y bajo el cielo hanoyense, en la tierra aún humeante, mancillada durante más de un siglo, *explotó la euforia,* la alegría de un pueblo que hoy sigue dando lecciones de dignidad y fortaleza. *La Batalla de Dien Bien Phu en el Cielo,* como la llamó el soldado mayor de Vietnam, Vo Nguyen Giap, había silenciado cañones.
*Inicio del fin*A las *7:15 de la noche* del lunes 18 de diciembre de 1972, la compañía 45 de radares del Ejército Popular detectó la cercanía de los gigantescos bombarderos B-52 de Estados Unidos, rumbo a Hanoi. Después de haber enarbolado la bandera de la paz durante la campaña electoral, una vez obtenida la reelección presidencial, Richard Nixon había ordenado la *Operación Linebacker II* para bombardear a la capital vietnamita, mediante un bestial ataque aéreo, apuntalado por los temibles B-52 de 230 toneladas. El mandatario estadounidense había prometido regresar a Hanoi a la prehistoria.
Hanoi y ciudades circunvecinas quedaron desoladas: las autoridades evacuaron más de 500 mil habitantes, de los 600 mil que para entonces tenía Hanoi. El resto, en su mayoría lo integraban miembros las fuerzas de la resistencia aérea y la milicia popular, que pacientemente esperaron la llegada de los 193 B-52 y el millar de otros aviones tácticos, como los F111A.
*A las 7:44 de la noche* salió de la rampla de disparo el primer misil SAM-2 como respuesta al ataque de los visitantes yanquis, y *a las 8:13* caía la primera fortaleza aérea estadounidense sobre un arrozal de la comuna Phù Lỗ, impactado por el temible misil soviético. Había comenzado el calvario navideño de la aviación gringa bajo el cielo hanoyense, que once días más tarde vio sucumbir *81 aviones invasores, 34 de ellos B-52,* el orgullo, hasta el momento, de la aviación de Estados Unidos.
A la *media noche del viernes 29*, Nixon ordenó poner fin al ataque aéreo, y a las 7:30 de la mañana del 30, el Gobierno estadounidense dio a conocer al mundo la noticia. El 15 de enero de 1973 habían culminado las operaciones militares de Estados Unidos en la República Democrática de Vietnam y el 27 de marzo, en los *Acuerdos de París*, Henry Kissinger firmaba la derrota gringa y se comprometía a retirar las tropas usurpadoras.
La foto del piloto William Andrew Robinson, escoltado por la miliciana Trần Thị Kim Lai, se convirtió en símbolo de la gran victoria de *David frente a Goliat*.

La prensa vietnamita adjuntó a la imagen un texto del poeta Tó Hữu: “La miliciana con su fusil puesto/Y el colosal yanqui cabizbajo/¡Pues si señor! la grasa no hace al bravo/Ni el héroe siempre es pelo en el pecho”.

En 1995, el gigantón piloto de 2 metros de estatura y 125 kgs de peso, le dispensó una visita en Hanoi a la pequeña Kim Lai. abastidasg@yahoo.es