Con su famoso “Por Ahora”, Venezuela y el mundo se enteraban de la existencia del comandante Chávez, de militares patriotas que revivían la esperanzas frustradas del pueblo venezolano y que planteaban una posibilidad real de salir del anacronismo en el que habían sumergido al país el bipartidismo apátrida y pro-imperialista.
Lo que al principio pareció ser un frustrado alzamiento militar contra un desgastado presidente entreguista, rápidamente se transformó en la ruptura del pueblo frente al corrupto y represivo bipartidismo burgués. Entonces, consumada la deslegitimación del viejo sistema, nunca más las organizaciones del Pacto de Punto Fijo (AD y Copei) pudieron monopolizar las ilusiones de las masas ni la estafa electoral de cada cinco años, en ese aberrado sistema, llamado “democracia representativa”.
Operación Zamora
La “Operación Zamora” contó con la participación de dos mil 362 hombres en armas, con 5 tenientes coroneles como cabezas visibles del movimiento, seguidos de 14 mayores, 54 capitanes, 67 subtenientes, 65 suboficiales, 101 sargentos de tropa y 2.056 soldados alistados”. Los participantes, pertenecientes a 10 batallones, formaban parte de las guarniciones militares de los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y el Distrito Federal, y fueron dirigidos por los jóvenes oficiales encabezados por Hugo Chávez y Francisco Arias Cárdenas, así como también Yoel Acosta Chirinos, Jesús Urdaneta y Miguel Ortiz Contreras.
Caracas, sin embargo, era el lugar de la victoria. La toma de la capital significaba el triunfo de la estrategia militar emancipadora. Carlos Andrés Pérez había regresado de Davos, Suiza, con un escenario político debilitado, pues las secuelas de 1989 mantenían un profundo descontento de la sociedad. Ronald Blanco La Cruz y Antonio Rojas Suárez eran los encargados de tomar el Palacio de Gobierno.
No obstante, la satisfactoria victoria de la insurrección en el estado Zulia fue comunicada a Caracas. El para entonces ministro de la Defensa, general Fernando Ochoa Antich, informó sobre lo acontecido a Pérez, quien evadió la captura a pocos minutos de que se concretara. Huyó al canal “Venevisión” y cerca de la 1:00 a.m condenó la rebelión ante el país.
Dos escenarios: El Teniente Coronel Hugo Chávez desde el Museo Militar y Ochoa Antich desde Miraflores. Una llamada: -Chávez, ¿qué ha pensado? Si continúan los enfrentamientos, usted será el único responsable-.Necesito garantías, respondió el joven militar revolucionario, de acuerdo con declaraciones que años después hiciera el titular de Defensa del gobierno adeco.
Pérez había ordenado asesinar a Chávez con la excusa de llevárselo a Miraflores. No obstante, fue trasladado a la sede del Ministerio para la Defensa y su declaración de 90 segundos a los medios de comunicación le salvó la vida y sembró la esperanza del futuro.
Objetivos militares
La toma de Caracas estuvo bajo la responsabilidad de Chávez Frías, quien dirigió las acciones desde el Museo Histórico Militar de La Planicie y del teniente coronel Yoel Acosta Chirinos, que comandó las operaciones en la base aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en La Carlota. A las 11:00 pm del 03 de febrero, se escenificaron los enfrentamientos más intensos. Los principales puntos estratégicos de la capital, que sirvieron de escenario para las operaciones, fueron:
• La Residencia Presidencial La Casona.
• El Palacio de Miraflores.
• El Fuerte Tiuna.
• Las Comandancias Generales del Ejército y la Armada.
• El Comando Regional número 5.
• El Comando de Seguridad Urbana de la Guardia Nacional.
• La sede de la Disip en el Helicoide.
• La sede de la Comandancia de la Policía Metropolitana en Cotiza.
• La sede de Venezolana de Televisión en los Ruices.
• La Base Aérea Francisco de Miranda.
Por ahora
Cerca de la 1:00 pm del 4 de febrero, y como parte de las condiciones de la rendición, se transmitió por televisión un mensaje de Hugo Chávez, cuyo propósito era reconocer el fracaso del movimiento insurgente y desmovilizar las fuerzas del Zulia, Aragua y Carabobo, a fin de evitar un mayor derramamiento de sangre. Saludó con calma a los venezolanos, felicitó en los mejores términos a sus subordinados, reconoció su derrota responsablemente, se refirió a la posibilidad de “nuevas situaciones” y sobre todo, entró en el imaginario colectivo, presentando su insurgencia como bolivariana y a sí mismo como “El Comandante Chávez”.
“En primer lugar quiero dar los buenos días a todo el pueblo de Venezuela” (…) “Compañeros: lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital; es decir, nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder” (…) “vendrán nuevas situaciones. El país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un camino mejor”.
Escuchado el mensaje de Hugo Chávez, se inició la desmovilización y rendición de los rebeldes en todo el país, los de Valencia fueron los últimos en entregar las armas, cerca de las 3:00 de la tarde.
25 años después, se sigue construyendo la epopeya iniciada en aquellos días, junto a militares que se han hecho pueblo y junto a un pueblo que alzado en su rebeldía y en la irrenunciable determinación de ser libre, y bajo el liderazgo indiscutible del comandante Chávez, ejemplo de dignidad, constancia y patriotismo.
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