Su contundencia con los guantes, solo puede ser comparada con los sólidos valores que impulsó durante su vida
ÚN | David Grau Galindo.- Se inició en el boxeo gracias al oficial de policía de Louisville, Joe E. Martin, quien también era entrenador de púgiles. Lo conoció cuando estaba furioso porque un ladrón le robó su bicicleta. En ese momento Cassius le confesó que iba a pelear con el ladrón. Gran contundencia con los guantes, solo puede ser comparada con los sólidos valores que impulsó durante su vida.
En su etapa amateur, logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Roma 1960 y, como profesional, ganó el título de campeón de los pesos pesados en 1964 a la edad de veintidós años. Diez años después recobraría este título. En 1978, consiguió otro cetro de campeón, lo que le convirtió en el primer boxeador en ostentar en tres ocasiones un título mundial en dicha categoría .
Defensor de las minorías. Sumergido en una sociedad convulsionada por los levantamientos a favor de los derechos civiles, Clay anunció que pertenecía al Movimiento Musulmán Negro en Estados Unidos. Luego, decidió cambiar su nombre: se llamaría Cassius X, en honor a Malcolm X. Finalmente, Elijah Muhammad, jefe del movimiento de lo bautizó como Muhammad Ali.
El pugilista se ganó detractores por su conducta independiente de los estereotipos (religiosos y étnicos) sobre los afroamericanos. A partir de 1960 consiguió gran respeto como una figura deportiva de renombre mundial.
En 1967 se negó a incorporarse al ejército, donde alega ser musulmán, por lo tanto objetor de conciencia. Tal decisión le acarreó cinco años de prisión y 10 mil dólares, aunque fue liberado bajo fianza, y su pasaporte confiscado. No se le permitió pelear ni salir del país por tres años y medio.
Acusado de desertor las autoridades del boxeo declararon su título vacante. Sin embargo, regresó al ring en 1970 y gana dos peleas, pero perdió el combate por el título contra Joe Frazier en marzo de 1971. Ese mismo año el Tribunal Supremo de los Estados Unidos revocó la condena que pesaba en su contra. Fue un éxito no solo para él, sino también para los detractores de la guerra.
Pelea política. Para Alí la política no era un asunto secundario. Fue invitado a pelear en Sudáfrica en 1978, cuando estaba vigente el apartheid en dicho país, pero se negó a asistir, pues pensaba que si el resultado le era favorable, temía represalias contra la población negra del país y, en caso de perder, que pudiera haber sido de provecho para los racistas.
Entre sus logros destacan 56 victorias en 61 combates con 37 nocaut y solo 5 derrotas. Después de su retiro, en septiembre de 1984, fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson.
Realizó una importante labor humanitaria y benéfica dentro y fuera de su país. En 1990 viajó a Iraq para intervenir en la liberación de unos rehenes con un buen desenlace, algo que ya había intentado en el Líbano en 1985, en esa oportunidad sin éxito. En 1998 fue reconocido como mensajero de la paz por parte de la Organización de las Naciones Unidas.
Fortuna de leyenda. De acuerdo con Celebrity Neth Worth, la fortuna de Muhammad Alí se estima en 50 millones de dólares. Otras empresas, como The Richiest, calculan su fortuna en 80 millones de dólares. Parte del capital llegó a través de su compañía Goat LLC, conocida por la traducción de las siglas “el más grande de todos los tiempos”, frase que inmortalizara al negro campeón. Se calcula que percibía entre 4 y 7 millones de dólares anuales por concepto de acuerdos de patrocinio con marcas como Adidas y Electronic Arts.
Recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, en EEUU, ingresó al Salón Mundial de la Fama del Boxeo y el título de Rey del Boxeo por parte del Consejo Mundial así como Deportista del siglo XX por Sports Illustrated y la BBC.
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