Orinoco, sabado 9 de marzo 2019


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Concierto para invadir

 

  

Benedicto González
@BenedictoFARC

En La Guajira y Chocó los niños y niñas siguen muriendo de hambre, la corrupción sigue triunfando, los paramilitares siguen asesinando y el Estado sigue ignorando la situación. Mientras Colombia está sumida en la miseria, Iván Duque sigue pensando en que el problema es Venezuela.

La frontera colombo-venezolana ha sido por estos días escenario de conflicto. De un lado el gobierno de Iván Duque mal haciendo la tarea encomendada por Washington, consistente en preparar las condiciones materiales y psicológicas para una invasión militar al hermano país. Del otro lado la dignidad de un pueblo que por veinte años ha venido, con aciertos y desaciertos, pero con autodeterminación, decidiendo su destino histórico.

Reeditando el formato de “pan y circo”, el gobierno Trump, seguido por una sarta de lacayos en Colombia montó en la frontera con Cúcuta un concierto con artistas vendidos que pasarán a la historia como mercenarios del arte. “Tengo la camisa negra, porque negra tengo el alma” es la letra de la canción de Juanes que mejor retrata su desvergüenza; Carlos Vives tampoco se acordó que “la tierra del olvido”, es su propia tierra Santa Marta y el Magdalena, donde las familias latifundistas a las que pertenece, someten a miseria y hambre a las familias campesinas. La tierra donde el “Agro Ingreso Seguro” quedó en manos de los grandes propietarios; donde asesinatos como el de Maritza Quiroz, defensora de derechos humanos, siguen en la impunidad. De Silvestre Dangond no me extraña, su corazón late siempre a la derecha.

Seguía al concierto la acción provocadora; camiones de comida disfrazados de una “ayuda humanitaria” que finalmente se estrelló contra la conciencia de un pueblo digno de Bolívar y de Chávez. Los rostros de Guaidó y Duque la noche del 23 de febrero lo decían todo. Este plan injerencista ha fracasado. Ahora Duque deberá explicarle al país por qué hay millones para gastar en conciertos, cuando el país donde fue elegido presidente tiene tan elevada línea de pobreza y de miseria que mata de hambre a la población infantil, como ocurre en Chocó y La Guajira.

El fracasado concierto para invadir a Venezuela oculta que sobre suelo colombiano permanecen desde hace más de una década, nueve bases militares gringas con este objetivo. Que el Plan Nacional de Desarrollo propone otorgar facultades extraordinarias al presidente Duque a manera de Estado de excepción; Que tropas gringas han utilizado el territorio colombiano como plataforma militar contra Venezuela sin autorización del congreso. Hay méritos de sobra para un debate de control político a este gobierno.

Para Venezuela proponemos: diálogo, soberanía y un no rotundo a una intervención militar disfrazada de humanitaria, que dejará solo muerte y dolor para el hermano pueblo venezolano.

elturbion.com

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