T/ Néstor Rivero I/ Iván Lira.
E l 4 de febrero de 1992 el país se enteró del levantamiento cívico-militar capitaneado por el teniente coronel Hugo Chávez Frías, quien insurgió al frente de oficiales y tropas, y denunció la entrega de la nación por parte del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, a los intereses del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La acción también deploraba al ejército, como agente de represión contra el pueblo en febrero de 1989.
ESA MADRUGADA
El presidente Chávez siempre recordaba un pensamiento del Libertador: “El ejército es pueblo que quiere, pueblo que puede y pueblo que obra”. En cuatro puntos del país cobró vitalidad. Así, con la salida de varios autobuses de Maracay hacia Caracas, y la toma del aeropuerto de Maracaibo, la Casa del Gobernador y la Guarnición del Zulia; las instalaciones militares de Valencia y en Caracas el control de la Planicie (Cuartel de la Montaña), e igualmente la insubordinación de comprometidos del Batallón Bolívar en Fuerte Tiuna –y acción con tanque sobre Miraflores–, surgió en Venezuela un perfil de militar que se veía como pueblo en armas y antiimperialista, contrapuesto al patrón de la Escuela de las Américas y el Pentágono.
¡A CONSTITUYENTE!
Los líderes del levantamiento coincidían en el propósito de dar una nueva configuración al sistema político. Entonces regía un orden representativo que apuntalaba el control del Estado por minorías, partidos, grupos económicos y cúpulas de la FAN y la Iglesia, y que aplicaban las políticas hemisféricas del Departamento de Estado de EEUU para América Latina. La propuesta del 4-F pasaba por convocar una Asamblea Constituyente; y “a Constituyente” llamó el comandante Chávez el mismo día de su toma de posesión como Jefe de Estado, el 2 de febrero de 1999. En consecuencia, se despejará el camino para la nueva Constitución, la democracia protagónica, inclusión social y socialismo del siglo XXI.
“Por ahora”
“El pueblo comenzó a oler viento de agua… el 4-F. Sin embargo…estaba desmovilizado… sin liderazgo claro y…con el recuerdo trágico del 27 de febrero de 1989. Así, cuando amaneció (el 4-F) y pude hacer una evaluación …tomé la decisión de rendir las armas allá en el Cuartel de La Planicie… y a las pocas horas…me correspondió improvisar unas palabras ante mis compañeros… ante el pueblo venezolano y ante el mundo (…) yo iba a… llamar a deponer las armas a mis compañeros que aún en partes de Caracas, Maracay y Valencia… continuaban insurreccionados (…) llamaron a la televisión y a la radio y fue así como… dije ‘Es tiempo de reflexionar, no hemos logrado, por ahora, los objetivos que nos propusimos… vendrán nuevas situaciones’. El mandato que obedecíamos fue el de Bolívar (…) La Fuerza Armada nunca más debe ser utilizada por la oligarquía criolla”. Hugo Chávez Discurso el 4 de febrero de 2004
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